En ese bosque había árboles diversos, todos de flores hermosas y que en algún momento habían dado ricos frutos o estaban a punto de darlos... Era tan especial ese bosque que como en los cuentos de Narnia, éstos árboles podían caminar y podían hablar, pero por alguna razón creían que sus raíces estaban enterradas en la tierra, creían que la tierra era estática y que su lugar era ese, que no había para donde ir, que tenían que quedarse allí y ver todo igual, conversar de lo mismo y a veces se les olvidaba hasta conversar... algo había sucedido hacía muchos años cuando un hechicero de la oscuridad les dijo..."sus raíces no se mueven, acá se quedarán, sin cambios, sin tiempo, por siempre, jamás"
La tristeza comenzó a embargar a un grupo de estos magníficos árboles, que sentían en sus corazones de madera viva que algo podían hacer... que ellos sí tenían el poder. ¿Pero, cómo hacer para despertar a los demás? ¿Cómo saber qué hacer? Así que entre ellos decidieron buscar ayuda... invocaron la fuerza de los elementos y dijeron:
"Salamandras de fuego,
Ondinas de agua,
Silfos de aire,
y gnomos de la tierra...
ayúdennos para que entre todos, rompamos el hechizo del hechicero de la oscuridad,
ayúdennos a recobrar nuestra libertad..."
Así, entre oraciones y rituales, una esfera de luz apareció entre ellos..."Acá estoy, es hora de trabajar"
Así fue como comenzó un trabajo en ese bosque muy especial y poco a poco... tan lento como era posible para despertar y tan rápido como para volar, comenzar algunos árboles a mover sus raíces... sus flores cada vez más hermosas, sus frutos cada vez más jugosos y si vieran las semillas... parecían llenas de luz.
Por supuesto, el hechicero de la oscuridad veía con ira lo que estaba sucediendo, así que sus hechizos se volvían más crueles... pero en presencia de esa esfera, no había nada que hacer... la luz es implacable.
Así, como seguramente habrás adivinado, algunos árboles escucharon al hechicero de la oscuridad y se fueron secando, la tierra se marchitaba...
Pero otros, esos que invocaron la fuerza de la naturaleza... de pronto se dieron cuenta que la esfera de luz, se había formado de la luz que todos emanaban de su corazón.
Elisabeth Tepper Kofod
23 nov 2009
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