Lección de Cocina…
En la ciudad de Caracas, en una de las zonas mas privilegiadas por su ubicación y variedad comercial, existía una cuadra muy famosa, reconocida por sus restaurantes los cuales no solo gozaban del beneficio de ofrecer variedades, especialidades y sabores diversos, también los hacia especial la extraña magia que los caracterizaba debido a que las personas que tenían la suerte de probar sus platos de ensueños nunca podrían dejar de hacerlo. Pero a un costo muy alto, la espera de tener que reservar con 6 meses de anticipación.
Un día, dos cocineros de restaurantes del mismo ramo gastronómico de esa cuadra, decidieron hacer una investigación.
A pesar de que sus clientes estaban muy contentos, sentían rabia de no ser los únicos queridos del lugar. Observaban con envidia como sus clientes frecuentaban el restaurante de su competidor sin entender por que no dejaban de hacerlo si sus platillos mágicos al parecer, por lo que escuchaban entre comentarios de pasillo y halagos eran los mejores.
Por esta razón decidieron investigar a sus clientes…
Acordaron utilizar una tarjeta que seria entregada a sus clientes después de terminada su comida, donde se les decían…
Después de terminada su delicia gastronómica para la que nos hemos esmerado en servirle, sabemos que volverá, pero lo que no sabemos es el motivo por el cual dejaría de hacerlo. Queremos que sepa el cariño y la delicadeza con la que trabaja nuestro cocinero para hacer de su platillo una experiencia sublime donde olvide los problemas y la tensión de la ciudad. Inundando así sus sentidos desde el primer bocado. De modo tal que nuestro chef les pide a cambio solamente le permitan saber que es lo primero que sintió al iniciar y terminar su plato especial. Y que razones tendría de probarlo en otro restaurante distinto de tener la oportunidad. Es así como durante una semana destacándose con sus mejores platos y especialidades, entregaron todo lo que sabían en la cocina. Realmente esa semana fue todo un derroche de aromas, sabores y halagos… Resulto tan impresionante que la voz se corrió rápidamente en toda la ciudad que parecía querer visitarlos por completa en esa semana de gastronomía mágica para esos restaurantes y sus cocineros estrellas. Uno a uno prepararon sus sugerencias y exigencias de clientes que venían de todas partes, pero sin olvidar entregar la tarjeta donde sabrían la razón por la cual visitarían a su contrincante de la cocina.
De este modo y terminada la semana de rivalidad decidieron tomar un par de días para descansar y revisar juntos las tarjetas con las esperadas respuestas a sus paradigmas. Sorprendentemente encontraron que al inicio, todos sus clientes sintieron felicidad por lograr comer la delicia solicitada, que al final sintieron tristeza por lo difícil que seria regresar al lugar y que las razones de probar otro restaurante era intentar sentir lo mismo que al inicio de cada plato servido.
Así, tras todo un día de meditación y discusión llegaron a la conclusión de que su cocina era la mejor sin importar que los clientes visitaran a su competidor, que el producto del amor y dedicación en su cocina despertaba melancolía y deseos de volver a sus clientes y que el secreto no estaba en saber a quien querían mas sino como lograr atender mas clientes de la misma forma para replicar la experiencia inicial y garantizar que vuelvan en el momento que deseen. Porque aprender a recibir con mas frecuencia a sus clientes, permitiéndoles probar sus delicias producto del amor, cariño y dedicación es lo que los hacia inolvidables en la cocina.
Autor:
Alvaro Murillo
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